22 noviembre 2024

Tomé bastante, pero todavía tengo sed. Sí, ya se que no hace mucho tenía que conformarme con lo que cayera del gotero, pero no interesa, quiero más. Probé un buen trago y me gustó. Esa sensación de frescura, de vitalidad, es única. Sí, sí, la sequía nos azotó durante largos años, te dije que ya lo se, pero qué querés, ¿que me conforme? No, mi amigo, no me conformo. Me acostumbré muy rápido a otra cosa. Ahora, quiero más, ¿entendés? Qué importa si antes me iba de ese lugar con la boca seca. Lo maniaté, le hice comerse las uñas, lo hice temblar de miedo de quedarse sediento en su casa. Y lo tuvieron que ayudar, ¿me entendés? Ese de traje negro le dio una mano y nadie dijo nada, obvio, si aunque no levantaran la voz yo sabía que lo bancaban a él. Ni el padre se metió, que se la da de correcto y es el más pillo. Si no era por eso, me tomaba todo. Porque eso quiero, tomar todo. Antes, unas pocas gotas; hoy, algo más. Pero yo quiero un río, mi amigo. Un mar si es posible. Todo un océano. No te dejes llevar por lo que dicen algunos, mi sed es grande, bien grande. Y la quiero saciar. Sí, ya se, el martes tengo una oportunidad todavía más grande. Pero te soy sincero, lo quería dejar a éste con las ganas, como la última vez. Como las últimas dos veces. Ya voy a volver a su casa, más temprano que tarde. Me va a volver a respetar, vas a ver. Y la historia va a ser diferente porque aunque tomé bastante, todavía tengo sed.


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