En el primer tiempo Huracán bailo a River. Le hizo tres goles, dos de Barcos y uno de Barrientos, el globo jugo muy bien y parecía que le iba a hacer 5 a las gallinas. Pero el arbitro toco el silbato y en el segundo tiempo salio otro equipo a la cancha, un equipo tirado muy atrás y jugando muy mal y para peor Ángel Cappa decidió sacar a los tres mejores jugadores de la cancha: Pastore, que la rompió; Cesar Gonzalez, que se supo entender mucho con Pastore; y Barrientos, el jugador clave para recuperar la pelota y armar juego desde atras (hay que decir que este ultimo salio lesionado). Y lo que metió Cappa para jugar la segunda etapa fue terrorífico, a Castillo, que como lo suele hacer jugo pésimo. La suma de todo esto le dio el empate a River, nadie lo podía creer, parecía imposible, pero fue así.
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