Como ya se dijo en algunos medios, sobre el final del partido frente a Gimnasia de La Plata, en donde Llop decidió sacar a Hugo Barrientos para que ingrese Walter Busse, el DT habría recibido insultos del jugador que se retiró del campo de juego ya que no le habría gustado el cambio. Más tarde, según da a entender Semanario Quemero en su cuenta de Twitter, no habría dejado que integrantes de la Comisión Directiva ingresen al vestuario.
Ya que su rendimiento dentro de la cancha es paupérrimo y todavía no logró llegar al 10% del nivel de aquel Barrientos que pasó por el globo en el 2008, Hugo debería tener un poco de humildad y apoyar al grupo desde afuera. Lo único que hace dentro de la cancha es hablar, y el equipo es un desastre para reordenarse al pasar del ataque a la defensa. Fuera de la cancha tampoco genera un buen clima en los vestuarios, como referente del plantel tendría que dar el ejemplo a la hora de entrenar y de dirigirse a sus compañeros, cosa que no hace.
El caso de Domínguez es parecido. Si bien Eduardo aceptó su salida del equipo como un caballero, entrena como uno más y tiene una buena relación con sus compañeros, no da el ejemplo al irse de los partidos antes que sus compañeros, en auto, acompañado de su mujer, mientras todos los demás jugadores vuelven en micro. Como referente y capitán antes de perder el puesto, debería hacerlo también. Además, no ha logrado sumar experiencia dentro ni fuera de la cancha, ya que cometió muchas veces errores de un juvenil que recién comienza.
Ambos vinieron al club como referentes, como capitán y sub-capitán, como la voz de mando dentro y fuera de la cancha, para sumar experiencia y profesionalismo. También esta demás decir que sus llegadas a Huracán para algunos dirigentes se asemejaron más a las de Puyol y Xabi Alonso que a las de dos ex jugadores de All Boys, a uno agradeciéndole de rodillas por haber venido a Huracán cuando la oferta del club de Floresta era mejor, como si hubiera venido gratis, y otro que venía de ser suspendido por problema con de doping positivo.
Ahora, mi pregunta es… ¿para qué los trajeron? ¿Con qué necesidad? Si decimos que Rodrigo Battaglia es un… y estuvo mal por haber querido ganar más plata, cuando era el mejor jugador del plantel, ¿qué podemos decir de Barrientos, que cobra más del triple que Battaglia y es uno de lo que tuvo peor rendimiento, sumado a que insulta al Director Técnico cuando lo saca?
Ambos se fueron del club casi echados por la lacra del inglés y quizás por eso volvieron de la manera en que lo hicieron, pero recordemos la forma en que se fue Domínguez en su primer paso por Huracán, silbado en la cancha de Argentinos Jrs. antes de partir a Estados Unidos. O de la manera en que se fue Barrientos, con quien mucha gente también se enojo con él más allá del comportamiento de la CD que estaba en ese momento.
Y recordemos el enfrentamiento del DT y los referentes, que casi lo hace renunciar al final de la primera rueda de la temporada cuando Huracán cayo por dos tantos contra uno ante a Defensa y Justicia.
Éstos no fueron los únicos problemas que tuvo «Chocho» Llop en el último tiempo, recordemos que la semana pasada las ruedas del auto del DT y su cuerpo técnico aparecieron pinchadas. Esto se debería a que alguien tendría interés en que cierto jugador, que estaba relegado del equipo, sea de la partida ante Gimnasia, lo que habría provocado el enfado del entrenador con los dirigentes para que se hagan responsables del hecho.
Todo esto es el resultado de un mal armado del equipo, en donde se reforzó por cantidad, nombres y acomodo, en lugar de calidad y astucia. Y sino miremos el banco de suplentes de Huracán, tal vez el más caro de la categoría. Por ejemplo, ante Gimnasia estuvieron sentados Monzón, Domínguez, Busse, Martínez, Kuszko, Milano y Vega; con Aldosivi, Monzon, Domínguez, Danelón, Sánchez Prette, Martínez, Milano y Vega.
Habría que pensar mejor a la hora de ver qué jugador se suma al plantel, ¿no?
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