26 diciembre 2024
56E

Huracán, obligado a ganar, visita a un Chicago que no puede levantar cabeza, en lo que será una pelea clave para salir del fondo.

Ambos barrios saben de esto. Para ellos no es nada nuevo. En Mataderos, la historia comenzó con el gran Justo Suárez, quien a raíz de la potencia de sus golpes, en poco tiempo fue apodado «El Torito» por la prensa local. Algunos dicen que fue el primer ídolo nacional, pero así y todo, terminó hundido en la ruina y la miseria.

En Parque Patricios también tuvieron a su púgil, otro que supo colgarse el cartel de ídolo a través de su carisma, su gracia, y su impronta fanfarrona que mezclaba amor y odio entre los seguidores que llenaban una y otra vez el Luna Park para verlo (algunos triunfar, otros caer, pero en definitiva llegaban hasta allí para admirarlo a él). Quemero de ley, Oscar Natalio Bonavena también sufrió el paso del tiempo y de las penas mayúsculas. De arrodillar en el ring a Muhammad Alí, a ser un monito de circo en Reno, donde la bebida, la noche, y un entorno sumamente mafioso lo llevó a caer en las manos de Joe Conforte, dueño del Mustang Ranch, cabaret que fue escenario del último segundo de vida de Ringo.

Muchos pensarán que el fútbol, el boxeo, y la vida misma, no tienen nada que ver entre sí. Quizá tengan razón, quién te dice. Pero dicha afirmación no tendrá mucho sustento cuando esta tarde se enfrenten Nueva Chicago y Huracán en la República de Mataderos, dos equipos que están contra las cuerdas recibiendo golpe tras golpe, y que necesitan una mano salvadora que evite que caigan en la lona. Pensar que al igual que los dos luchadores mencionados anteriormente, el equipo de Néstor Apuzzo tuvo su momento de gloria. ¡Y hace tan poco tiempo! Sin embargo hoy la realidad es otra, porque nadie supo aprovechar esa racha gloriosa, esos meses de esplendor que le hubiesen permitido tener hoy un presente mejor, al igual que el mismísimo Ringo, quien pudo haber vivido los últimos años de su vida como un campeón, pero decidió tomar el camino que lo llevaría a la ruina.

Esta tarde no habrá banquito para nadie, pero ninguno estará solo. Por un lado, el público del Torito podrá estar presente alentando al verdinegro, como en aquella noche en la vieja cancha de River, donde esas 40.000 almas alentaron al otro Toro, en lo que fue victoria por puntos ante Julio Mocoroa. Por otra parte, los hinchas del Globo no podrán hacerse presente en el estadio, pero estarán al tanto desde sus hogares, comiéndose los codos minuto a minuto, esperando la victoria tan necesaria.

Un conocido relator aseguraría que madura el knock out. Chicago, que parece condenado a la B Nacional, parece esperar recostado en el suelo que le cuenten hasta diez, y a otra cosa. Huracán tendrá una de las peleas más importantes del torneo para evitar la lona y poder salir a flote. Si no la gana, lo esperará un futuro muy negro, nada lejano, que romperá con todos esos momentos de gloria que tan rápido pasaron. Pero si logra que su rival tire la toalla, volverá a encarrilarse en el camino correcto, ese que encontrará a un Ducó repleto, con toda su gente que festejara al compás de una añeja canción: «Somos del barrio, del barrio de la Quema, somos del barrio de Ringo Bonavena».

Síntesis

Chicago: Alejandro Sánchez; Marcos Galarza, Abel Masuero, Nicolás  Sainz, Mauricio Arias; Fernando De La Fuente, Damián Lemos, Matías Vera, Alejandro Gagliardi; Lucas Baldunciel y Mauricio Carrasco.

Huracán: Matías Giordano; José San Román, Martín Nervo, Eduardo Domínguez, Luciano Balbi; Mauro Bogado, Federico Vismara; Cristian Espinoza, Patricio Toranzo, Agustín Torassa, Ramón Ábila.

Árbitro: Luis Álvarez.


Horario: 15.00hs

Transmite: Televisión Pública y El Ojo del Huracán en AM 1090 Radio Popular.


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