Encuentro de amigos. El sacerdote que ejerce su ministerio en villas bonaerenses fue recibido en la Vaticano por el Santo Padre, a quien lo liga un gran afecto.
El Papa Francisco recibió ayer en audiencia al sacerdote José María Di Paola, más conocido como «padre Pepe», quien realiza una tarea social en villas de Capital Federal y el Conurbano bonaerense, y, como ambos tienen pasión por el fútbol arribó con una camiseta de Huracán, el clásico rival de San Lorenzo, club de fútbol del que es hincha el Sumo Pontífice.
«El Papa Francisco recibió esta mañana en audiencia al padre José María Di Paola, conocido por todos afectuosamente como el padre Pepe, quien vive en la Villa 21», informó la agencia de noticias del Vaticano.
El padre «Pepe», que «está muy ligado al Papa Francisco», fue amenazado de muerte por narcotraficantes en 2010 y «en aquellos momentos difíciles», el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio le demostró un gran apoyo y permanente cercanía.
El padre Pepe llevó una valija llena de objetos de los fieles de esa barriada, según la página web Terre dAmerica.
«La gente de la Cárcova aplaudió en la misa cuando les dije que el Papa me había invitado a visitarlo: se sienten representados por mí y quieren testimoniar su cariño a Bergoglio», explicó Di Paola a Terre dAmerica.
El padre Pepe fue al Vaticano con una maleta enorme con cartas, objetos y pequeños regalos para el Sumo Pontífice de la villa La Cárcova. Ese asentamiento está ubicado a unos 30 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires y allí vive el sacerdote desde hace seis meses, realizando tareas sociales y pastorales.
«Los pobladores de la villa aplaudieron y celebraron mucho cuando le dije que el Papa me había invitado. Y ahora lo único que querían era mostrarle a Francisco la cercanía de esa gente con él», dijo Di Paola.
La valija que llevó el sacerdote al Vaticano estaba desbordada de cartas y objetos destinados a Francisco como rosarios, anillos de boda y anillos de compromiso, todos para bendecir, junto a otros objetos religiosos.
Pero hubo un obsequio particular. El padre Pepe regaló al Papa una carta de dos jóvenes que Jorge Bergoglio conoce: Juan José y María Milagros. «Ellos vivían en un contenedor de basura, eran dos vidas que habíamos dado por perdidas y en cambio en el Hogar de Cristo se han recuperado», dijo el sacerdote.
El Hogar de Cristo de Buenos Aires asiste y contiene a jóvenes drogadictos, víctimas de abusos sexuales, delincuentes, desempleados y aquellos que viven como portadores del virus del sida. El nombre del centro proviene del chileno Alberto Hurtado, sacerdote jesuita como Bergoglio y santo a partir de octubre de 2005.
Hoy en día, Juan José y Milagros han formado una familia, trabajan y tienen hijos, y ambos también se desempeñan en el campo de la recuperación de otros jóvenes drogadictos de la villa.
«Pertenecen —dijo el padre Pepe— al grupo de los siete primeros que se abocaron a ese trabajo y a los dos Bergoglio le lavó los pies en la misa del Jueves Santo de 2008».
En la pesada maleta de Di Paola también había numerosos libros, dedicados al Papa o escritos acerca de él y que no están en las librerías, tales como «Sobre el Hogar de Cristo, donde se detalla lo que se está haciendo y se hará en esa obra», contó el religioso.
Finalmente el padre Pepe lanzó al Papa una pequeña provocación. Le entregó una camiseta del Club Atlético Huracán, equipo de fútbol tradicionalmente opuesto y rival barrial de San Lorenzo, cuyos colores adora Bergoglio. «Es una manera de probar la deportividad de Francisco», dijo sonriente el padre Pepe.
Fuente: La Capital
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