Huracán recibirá a Patronato en el Ducó tras el altercado del jueves pasado. Sin Llop y con Rinaldi, solo con socios en las tribunas, el Globo buscará un triunfo que pueda calmar un poco las turbulentas aguas del club. Arranca a las 19:10 hs, dirige Darío Herrera y va por TV.
Días tensos y de transición se viven en Huracán desde la semana pasada. Es que el violento episodio que ocurrió en el estadio el último jueves, cuando barras irrumpieron en el vestuario para agredir a los jugadores, derivó en la abdicación de Juan Manuel Llop al cargo de director técnico. Además, en concepto de sanción disciplinaria, se dictaminó que el público quemero solo podrá asistir a los partidos de local en caso de estar asociado a la institución, y directamente no podrá dar el presente cuando el equipo juegue fuera del Palacio.
Entretanto, Gabriel Rinaldi, entrenador de la sexta división inferior, fue asignado como interino para comandar al plantel profesional hasta la llegada del futuro y definitivo técnico. Y si bien mantuvo la estructura del Chocho, ya impuso su estilo. Ésta mañana, tras una serie de trabajos tácticos, confirmó a los once que recibirán al conjunto de Paraná: Islas; Mancinelli, Erramuspe, Ferrero, Sotelo; Danelón, Casais, Villarruel, Giménez; Milano y Barrales.
Las sorpresas vienen por el lado de los suplentes. En el banco se sentarán Monzón, Minici, Busse, Bustos, Kuszko, Espinoza y Vega. Minici vuelve a formar parte de los concentrados pero ésta vez no por la suspensión del otro lateral izquierdo del plantel sino por decisión táctica. También regresa Bustos, que luego de ser considerado titular para Llop pasó a ser excluido de las concentraciones. Danelón jugará por torneo luego de su desgarro y por eso Busse será sustituto. Casais relevará al lesionado Barrientos (distensión en el isquiotibial izquierdo) y Defederico, con una molestia, no será de la partida.
Las nueve fechas que restan son fundamentales para el promedio. Que se deba pensar en la próxima temporada no significa que la actual haya terminado. Si bien hay margen, los puntos en juego son demasiados como para restarles importancia. La meta en cada uno de los partidos que quedan es única: ganar.
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