Huracán empató 2-2 con Independiente Rivadavia en el Ducó y otra vez mostró dos caras muy diferentes: buen primer tiempo, pésimo complemento. Arraya y Villafáñez marcaron para el Globo. La igualdad se selló en el último minuto de partido. Hay un nuevo objetivo: no descender a la B Metropolitana.
Jugadores que se cansan pronto. Empleados que se van del club. Altibajos en el rendimiento colectivo. Árbitros que perjudican. Problemas de vestuario. Veteranos que tapan juveniles. Dirigentes sin voz ni voto. Goles hechos que no se convierten. Goles recibidos sobre la hora. Dos marcas que visten a la institución. La sal histórica y aparentemente eterna de Huracán. Basta. Basta de todo.
Una vez más, Huracán debía ganar, necesitaba hacerlo, pero no lo logró. Arrancó el duelo ante la Lepra mendocina con un rendimiento regular, levantó su nivel al punto de revertir el 0-1 antes de que termine la primera mitad y decayó considerablemente desde el comienzo del segundo tiempo. Como ha pasado ya incontables veces, el empate no llegó sino hasta el último minuto de juego, un balón perdido en el área que terminó inflando la red de Monzón a diez segundos del final.
Hubo algunos puntos positivos: la profundidad que aportó Defederico, las gambetas de Milano, los cortes de Cuesta, la visión de juego de Capurro. Pero solo se produjeron simultáneamente durante unos pocos minutos. Ni siquiera el entrenador pudo encontrarle explicación a la baja performance del equipo con el marcador en ventaja. «Pareció que había una necesidad de que terminara el partido. Incluso hice cambios ofensivos y aún así nos metimos atrás», se sinceró Kudelka.
Que el 9 del equipo le erre a una pelota casi sobre la línea, sin marca y sin arquero, en el quinto minuto de descuento, es algo que difícilmente se pueda cambiar. Pero sí hay que corregir muchas cosas y en poco tiempo. Transcurridas 14 fechas, el conjunto quemero, que ya tuvo tres entrenadores, navega por el fondo de la tabla de posiciones y comienza a hacer lo propio en la de promedios. Los números preocupan y el peligro de descenso a la tercera categoría del fútbol argentino es real. Hay que mejorar. Se necesita un lavado de cara. Basta de todo.
Huracán: Monzón; Mandarino, Ferrero, Domínguez, Arano; Capurro, Cuesta; Defederico, Villafáñez, Milano; Arraya.
DT: Frank Kudelka.
Independiente Rivadavia: Ayala; García, Agüero, Caballero, Parisi; Peralta, Fernández, Tonetto, Pérez; Rossi y González Vega.
DT: Roberto Trotta.
Árbitro: Pablo Díaz.
Estadio: Tomás A. Ducó.
Goles: 38 PT – Rossi; 42 PT – Arraya; 45 PT – Villafáñez; 48 ST – Gutiérrez.
Cambios: 13 ST – Gómez por Pérez; 15 ST – Martínez por Villafáñez; 24 ST – Cardozo por Parisi; 32 ST – Villarruel por Defederico; 36 ST – Gutiérrez por Peralta; 38 ST – Romero Gamarra por Capurro.
Amonestados: 14 PT – Peralta; 16 PT – Pérez; 16 PT – Parisi; 6 ST – Caballero; 40 ST – Milano; 47 ST – Villarruel.
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