Huracán abrió la edición 2015 de la Copa Libertadores con un espectáculo digno de tal privilegio: goleada 4-0 a Alianza Lima, el más grande de Perú, en su propio estadio. Desde la solidez defensiva, el maridaje de todas las líneas y la conducción de un Patricio Toranzo iluminado, consiguió un resultado que hace al partido de vuelta solo una formalidad.
Foto: www.emol.com
Fue la historia de un desesperado contra un tranquilo. Un imprudente ante un inteligente. Un desmañado frente a un eficiente. No hubo aspecto en el que Huracán no haya arrollado a Alianza Lima en la capital peruana. Con un esquema pensado para no sufrir en defensa, el Globo fue el más vigoroso a la hora de atacar. Con la idea de conseguir un «buen resultado» (¿empate?), concretó un marcador abultado y definitorio. Todos los jugadores del equipo de Néstor Apuzzo fueron puntos altos. Cumplieron. Más aún, excedieron las expectativas. Sin altibajos, sin yerros, sin desaciertos. América fue testigo de una lección de fútbol, justificada desde el tanteador, desde los números y desde el juego.
Por supuesto, las miradas se irán con Toranzo. El volante creativo suele ser intermitente, pero cuando brilla, ilumina a todos. Un par de goles y una asistencia de lujo son los logros que encabezan su inventario del partido, pero Pato también recuperó dos balones y dio 33 (de 37) pases con éxito. Sin embargo, el aplastante triunfo fue cimentado sobre la impecable labor colectiva. La armonía entre líneas y, a la vez, entre los integrantes de cada una de ellas, permitió que Marcos Díaz fuera más espectador que participante. La firmeza de la zaga, la seguridad de los laterales, la fortaleza de los volantes, la creatividad de Romero Gamarra, el sacrificio de Torassa y la contundencia de Ábila se amalgamaron a la perfección.
Fue un debut perfecto para Huracán, que volvió a la Copa Libertadores tras 41 años. El tiempo que pasó el Globo sin participar del máximo certamen continental parece un hecho sepultado por los cuatro gritos en Lima. Gritos que tuercen el repechaje hacia un único rumbo, la clasificación del club de Parque Patricios a la fase de grupos. Allí, esperan Cruzeiro (Brasil), Mineros (Venezuela) y Universitario (Sucre). Antes, por supuesto, el Palacio Ducó albergará el enfrentamiento de vuelta ante Alianza, en el que les bastará a los de Apuzzo con un poco de lo hecho el martes para sellar el trámite y seguir haciendo historia.
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