Objetivo cumplido. La gente de Huracán volvió a decir presente en el peor momento de la historia del club. Aproximadamente veinticinco mil almas fueron las que se acercaron al Ducó y alentaron al equipo durante todo el partido. A pesar de que no se pudo ganar, La Quema fue una fiesta demostrando, día a día, toda su grandeza.
Otra vez, y como casi siempre, lo mejor de Huracán fue su hinchada. En descenso directo, anteúltimos y en el peor momento de la historia, la gente copó la cancha y llenó esa inmensa popular. A pesar de que el equipo no respondía dentro del campo de juego, el público Quemero no dejó de sentirse orgulloso de ser de Huracán y empujó desde la tribuna. Fue un lindo duelo de hinchadas con la de Chicago, que llevó mucha gente, pero sin dudas que este duelo lo ganó La Quema.
La caravana al estadio, otro éxito, ayudó para que la gente no ingrese sobre la hora. Es por eso que cuando salió el equipo el recibimiento salió de la mejor manera y con todo el color posible. Hubo muchísimos globos, papelitos, humo blanco y rojo y alguna que otra bengala.
Venga un aplauso para esta hinchada:
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